TRASTORNO POR DEFICIT DE ATENCIÓN EN EL ADULTO

El Trastorno por déficit de atención, se cree que desaparecerá en la edad adulta, pero lo cierto es que puede persistir mas del 50 por ciento de los casos, esta asociado por su alto nivel de impacto a nivel clínico, funcional y de calidad de vida.
Se han realizado estudios genético que han señalado posibles alteraciones a nivel cerebral, donde los receptores de membrana (D2/A1 y D4), del transportador de la dopamina (proteína Carrier) y, al menos, de una proteína de la membrana presinaptica identificada como SNAP-25 tienen daños, esto afirma que el TDAH es un trastorno poligenico, es decir, ocasionado por la interacción de varios genes.
Otras investigaciones han determinado que nivel neuroquímico existen alteraciones metabólicas que afectan la síntesis de ciertos neurotransmisores, principalmente noradrenalina y dopamina. Nuevas investigaciones indican que la manifestación de este trastorno podría involucrar la vía corticoestratal. Asimismo, los estudios cerebrales funcionales por imágenes, como SPECT, muestran con bastante frecuencia una disminución del consumo de glucosa en la corteza frontal, lo cual indicaría una hipoactividad o hipofrontalidad.
El TDAH en el adulto constituye una etapa evolutiva cronobiográfica del síndrome, esto es significa que su manifestación clínica tiene características propias y diferenciadas de los períodos etarios anteriores. Como tal, perdura toda la vida, lo que le otorga al adulto que lo padece algo como un  sello de cuadro clínico "de estado".
La mayoría de los adultos no están diagnosticados, el TDAH es diferente en los adultos que en los niños, porque su sintomatología hiperactiva esta reducida a comparación del déficit de atención. En el paso de la infancia a la edad adulta disminuyen los síntomas de hiperactividad que se pueden manifestar en inquietud, mientras que los síntomas de inatención se suelen manifestar en dificultades a la hora de llevar a cabo tareas que pueden afectar su funcionalidad en varios aspectos de la vida. 
En el adulto los síntomas van:
  1. Hiperactividad: aunque es menos presente pero se transforma en una actividad constante, no es habitual que un adulto con este síndrome capte la atención de los demás por un aparatoso exceso de movimientos, suelen hacerse evidente al mover las piernas, de un modo rápido y sostenido, usando como punto de apoyo las falanges y el metatarso de los pies, al estar sentado; cambiar de posición, con visible frecuencia, en el asiento, cruzando reiteradamente las piernas; mover los dedos de las manos golpeteando sobre una superficie, caminar incesantemente de un lado a otro, tocarse repetidamente con las manos diversas partes del cuerpo de manera aleatoria como si sintiera pequeñas molestias diseminadas, además se ha encontrado que buscan empleo con horarios sobrecargados, eligen trabajos que requieran una mayor ocupación y pueden convertirse en adicto al trabajo,
  2. Déficit de atención: es mucho más marcado en esta etapa de la vida, donde se tiene problemas de atención y concentración, es desorganizado y es incapaz de organizarse en sus trabajos y tareas, no sabe manejar sus tiempos y se olvida fácilmente de las cosas. Este problema se manifiesta en las actividades que requieren mayor nivel de concentración en el tiempo.
  3. Impulsividad: dentro de este problema se nota que son personas que terminan relaciones prematuramente, cambian constantemente de trabajo, carecen de paciencia para diferentes actividades, pierden el control, además de ser propensos a consumir tóxicos, tienen actitudes bruscas, a veces acompañadas de desbordes emocionales (lamentos, sollozos y llantos) y acciones estrepitosas (dar portazos) ante situaciones que exigen poner a prueba la paciencia (como cruzar súbitamente la calle si la espera para hacerlo se prolonga); efectuar maniobras repentinas o inesperadas al conducir un vehículo y romper de un golpe un artefacto que no funciona cuando su intento de reparación no prospera.
  4. Otros signos: tienen torpeza motora, procrastinación (postergación frecuente de acciones o decisiones), tienen habituales inconvenientes en la interacción con los demás, tendencia a la retracción social, persistentes apremios para establecer vínculos con personas del sexo opuesto, exhibición no infrecuente de conductas inadecuadas a las circunstancias, falta de confianza en si mismo, arraigada en una baja autoestima, bajo rendimiento general, en casi todas las actividades, que suele ponerse de manifiesto en sucesivos fracasos
En estos términos, el TDAH es una condición que afecta toda la vida del individuo: desde los signos y síntomas de la temprana infancia, que continúan con la niñez avanzada y en la adolescencia, hasta que se expresa clínicamente sintomática en función de los sucesivos períodos vitales de la persona. Esta enfermedad en el adulto se confirma, según dos posibles circunstancias:
  • Por evolución silvestre: debido a que numerosos niños y adolescentes  no llegan a ser oportunamente diagnosticados y tratados, casi siempre porque los profesionales que los atendieron tenían un inadecuado conocimiento del síndrome, y, en no pocos casos, porque los padres ignoraban la enfermedad del hijo
  • Por natural resistencia de la enfermedad o por tratamientos ineficientes en niños y adolescentes oportunamente detectados. Este grupo esta conformado aproximadamente un 60% de aquellos que fueron bien diagnosticados y sometidos a diversos tratamientos. Esta cifra señala que los que alcanzan una remisión total o casi total de las manifestaciones clínicas iniciales del TDAH (por lo general, a fines de la adolescencia) son cuatro de cada diez individuos de esta población. 
Para el tratamiento en el adulto no se puede aplicar de la misma manera que en niños y adolescentes, el efecto paradójico de los estimulantes centrales (psicoestimulantes), que se observa a menudo en los niños, y es aprovechado con mas resultado sobre la hiperactividad, difícilmente se advierte en los adultos. Además de los medicamentos específicos para su tratamiento se incluyen aminoácidos y vitaminas que intervienen en los procesos de síntesis de neurotransmisores, como noradrenalina y dopamina.

Fuentes:
http://www.tdahytu.es/tdah-en-adultos/
http://www.adhd.com.ar/publicaciones18.htm

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