SÍNDROME PREMENSTRUAL O TRASTORNO DISFÓRICO PREMENSTRUAL: LAS REACCIONES PSICOLÓGICAS EN ESTE TRASTORNO


En esta ocasión trataremos el tema del Síndrome Premenstrual, nuestro cuerpo reacciona a múltiples estímulos en el caso concreto de las mujeres este síndrome afecta no solo al cuerpo sino también psicológicamente, los cambios internos varían el estado de ánimo, las emociones, pensamientos y conductas.
Por el lado de las interacciones psicoendrocrinas, el hipotálamo recibe información del sistema nervioso central y a partir de dicha información envía impulsos a la hipófisis y a sus centros endocrinos subordinados. El estrés emocional ejerce una influencia en el hipotálamo, lo cual hace que se reduzca la secreción de las hormonas FSH y LH por la hipófisis. Esto hace que en el ovario se produzca un menor crecimiento del folículo, así como una reducción en la formación de esteroides ováricos. Esto hace que la proliferación del endometrio sea menor, dando lugar a la falta de menstruación o a una menstruación escasa (amenorrea y oligorrea).
Los estrógenos estimulan la secreción de unas enzimas que influyen sobre la velocidad de formación de serotonina. Por tanto, un déficit de estrógenos puede provocar una disminución de serotonina, lo cual puede dar lugar a un estado de ánimo depresivo.
También encontramos las interacciones psicovegetativas, donde el estrés emocional provoca un aumento de la secreción de catecolaminas (adrenalina y noradrenlina), que va acompañado de vasocontricción. Esta puede ejercer una influencia en la aparición del dolor. A su vez, la percepción del dolor como desagradable o demasiado intenso, puede aumentar el nivel de estrés.
Además, se mantiene un estado de alerta constante, con dificultades para relajarse ( por ejemplo, debido a un conflicto sexual crónico) es otro tipo de estrés que puede provocar una estimulación crónica de ciertas unidades neuromusculares, lo que a la larga hace que disminuya el umbral de descarga de dichas unidades. La consecuencia de esto puede ser la vejiga irritable, que consiste en una necesidad intensa de orinar y una reducción de la capacidad de la vejiga. También puede producirse un flujo constante o un prurito (picor) genital sin causa orgánica.
El también llamado Trastorno disfórico premenstrual o síndrome premenstrual, consiste en un trastorno cíclico del estado de ánimo en mujeres que experimentan una serie de síntomas antes de la menstruación. La mayoría de las mujeres experimentan alguna vez síntomas premenstruales, pero sólo llegan a ser intensos en el 10% de las mujeres y un 4% cumple los criterios para poder diagnosticar un trastorno disfórico premenstrual.
Entre los factores más importantes que pueden predisponer a la aparición de este trastorno se encuentran el estrés y las expectativas sociales negativas hacia la menstruación.
Este trastorno puede iniciarse a cualquier edad, aunque la mayoría de las mujeres suelen buscar ayuda en la década de los 30. Suele desaparece con la menopausia, aunque a veces persiste un tiempo.
La intensidad de los síntomas varía de un mes a otro en la misma mujer, debido principalmente a cambios de patrón menstrual y al estrés. Otros factores que pueden influir son el embarazo, la amenorrea, los anticonceptivos orales o la histerectomía. Por lo general, las mujeres con este trastorno tienen la menopausia a una edad más avanzada y con más síntomas. Los anticonceptivos orales pueden producir en algunos casos síntomas premenstruales moderados a graves.
Las mujeres con trastorno disfórico premenstraul tienen una mayor probabilidad de tener un trastorno psicológico, principalmente depresión. Alrededor del 65% de mujeres con este trastorno les detectan trastornos psicológicos.

PREVALENCIA:
Entre el 14 y 45% de las mujeres cumplen algunos criterios para el diagnóstico del trastorno disfórico premenstrual. Entre el 3 y 5% padecen un trastorno bien definido y entre el 1 y el 7% padecen un trastorno disfórico premenstrual grave. Del 3 al 10% sufre una interferencia laboral o social grave.
SINTOMAS:
  1. Afectivos: tristeza, ansiedad, ira, irritabilidad, labilidad emocional.
  2. Dolores: cefalea, dolor en los pechos, dolores músculo-esqueléticos
  3. Autónomos: náuseas, palpitaciones, sofocos.
  4. Balance líquido: ganancia de peso, pesadez, edema, oliguria (orina escasa)
  5. Cognitivos: disminución de la concentración, indecisión, hipersensibilidad
  6. Neurovegetativos: insomnio, hipersomnia, pérdida de apetito, ansias de comida, fatiga, letargia
  7. Dermatológicos: acné, pelo seco o pelo graso.
  8. Conducta: disminución de la motivación, disminución del control de los impulsos, aislamiento social
Entre los síntomas físicos más frecuentes se encuentran los siguientes: fatiga, cefalea, hinchazón abdominal, hipersensibilidad y turgencia mamaria, acné, dolores articulares, estreñimiento, disminución de las micciones, infecciones vaginales recurrentes por herpes o hongos.
Los síntomas emocionales más frecuentes son la depresión, la ansiedad y la hostilidad o ira. Con menor frecuencia, pueden aparecer deseos de aislamiento social, hipersensibilidad al rechazo, crisis de pánico, aumento o disminución de la libido y menor capacidad de concentración.
El 70% de las mujeres experimentan un deseo intenso de dulces en el periodo premenstrual, que suele asociarse a un estado de ánimo depresivo.
Cuando el trastorno disfórico premenstrual es muy grave resulta incapacitante y puede genera sentimientos de culpa, frustración, pesimismo, baja autoestima y pérdida de confianza, síntomas similares a los que aparecen en otras enfermedades crónicas severas.

TRATAMIENTO:
Entre los tratamientos se encuentras:
  1. Tratamiento psicológico: donde se trabajan los síntomas emocionales mas significativos y en los casos en los que hay un nivel de estrés alto que puede afectar para la aparición, mantenimiento o agravamiento del trastorno, una de las mejores es la Terapia Cognitivo Conductual, la cual permite a la mujer mantener sus emociones, sus pensamientos y sus comportamientos en equilibrio.
  2. Tratamiento de relajación: esta ayuda a disminuir el estrés.
  3. Fármacos: entre los más eficaces se encuentran los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). La mejoría se mantiene mientras dura el tratamiento, pero frecuentemente el trastorno vuelve a aparecer al suspenderlo.
  4. Hormonas: se han utilizado estrógenos, progesterona, inhibidores del ciclo menstrual y anticonceptivos orales.
  5. Alimentación: es una medida para ayudar aliviar síntomas entre lo que se recomienda evitar alimentos saldados, grasosos, café, té, tabaco, limitar productos lácteos y carbohidratos refinados como azucares y dulces, comer alimentos ricos en proteínas como carne y vegetales (frutos secos o cereales), vegetales crudos, abundante agua y complementar con suplementos como vitaminas B6, aceite de onagra, multivitamínicos.

FUENTE:
  • http://www.cepvi.com/index.php/psicologia/psicosomatica/factores-psicologicos-en-el-sindrome-premenstrual?start=3




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