LA RELACIÓN ENTRE EL PODER Y LA VIOLENCIA...

La violencia ha existido siempre, de ella se ha derivado el sobrevivir, controlar, sublevarse contra la dominación tanto física como psicológica.
El ser humano desde que utilizo por primera vez un arma para defenderse ha determinado una serie de conflictos entre iguales en sus comunidades.


"Para aprender a mandar, es necesario saber obedecer"
Es una frase vieja que muchos conocemos, la cual nos trasmite la idea de que la voluntad de poder y la voluntad de sumisión están correlacionadas. Pero para que exista "poder"en un grupo de personas  estas se la otorgan a un líder, el cual comanda al grupo, y ya en el extremo, se refleja las acciones de  "uno contra todos o todos contra uno". Es dominar, obtener el poder sobre el otro.
La violencia y el poder aunque parecen temas diferentes siempre aparecen unidos, pero si una está ausente el otro domina, la violencia entra cuando el poder esta en peligro, conduciendo la pérdida del poder.  La violencia suele confundirse con autoridad, temor, poderío y sobre todo, poder. La violencia está en el origen del poder, pero no es su determinante. La violencia puede ser justificable, pero nunca sera legítima, ella puede destruir el poder pero nunca la podrá sustituir, y lo que aparece es el terror y la dominación.
No existe una persona que por si misma pueda ejercer el poder, pero sí podrá tener herramientas e instrumentos para ejercer violencia hacia los otros. 
"El poder surge entre los hombres cuando actúan juntos y desaparece en el momento en que se dispersan". Arendt, Hannah (1951-1999).
Por ejemplo, en la guerra, su finalidad es ejercer violencia para obtener el poder, y saca en los hombres una idea primaria de generar instintos agresivos. 
Dentro de la idea del psicoanálisis se considera que la violencia es un producto de los mismos hombres, por ser, desde un principio seres instintivos, motivados por deseos que son el resultado de gustos salvajes y primitivos. Para Ana Freud, en los niños suele salir el instinto de agresión, la cual aparece en la primera fase oral (bebés), utilizando los dientes como instrumentos de agresión y defensa, ya en la siguiente fase anal (de 1 a 3 años de edad) los niños son destructivos, tercos, dominantes y posesivos; en la fase fálica (3 a 5 años de edad) la actitud esta manifestada en la virilidad donde esta conectada a lo que llamamos el Complejo de Edipo. 
En el caso de Sigmund Freud y Konrad Lorenz tienen la idea que la agresión puede trasladarse a otras acciones, por ejemplo practicando algún deporte de rudeza como el la lucha libre o rompiendo objetos. Para estos dos teóricos existen soluciones en el caso de Lorenz sugiere que el amor es el mejor antídoto contra la agresividad; para Freud dice que los instintos de agresión no aceptados socialmente pueden ser transformados en el arte, la religión, ideologías políticas y actos socialmente aceptables. La idea es despojarse de los sentimientos de culpa y de los conflictos emocionales a través de llevarlos al plano consciente y darles una forma de expresión.
Para Robert R. Sears, comenta que los niños que sufren castigos físicos y psíquicos son los que demuestran mas agresividad dentro de las escuelas y los juegos; al contrario de los niños que crecen en  hogares de convivencia armónica.  
En otro contexto existen teorías que rechazan la idea de la violencia como algo innato, afirmando que la agresividad es una factor adquirido por el contexto social.
La violencia es un problema social, al hablar de violencia existen como ya hemos comentado anteriormente diversos planteamientos, en el ámbito psicológico, que no siempre resulta coincidente con las diferentes explicaciones sociales del fenómeno, lo que dificulta establecer una definición concluyente, y que esta devele causas únicas, se ha buscado si la violencia es sinónimo de agresión, o son comportamientos diferentes, si la agresividad es de naturaleza innata y se halla en nuestros genes como especie humana; o bien, es resultado de un proceso de aprendizaje, en donde las relaciones sociales y los aspectos culturales influyen directamente en la incorporación de la conducta violenta en el ámbito individual, hasta los demás ámbitos que conforman la estructura social, como una práctica naturalizada y hasta justificada de acuerdo al contexto y circunstancias en la que se manifiesta.



El poder y la violencia están ligados y tienen que ver desde nuestra infancia con nuestro desarrollo, nuestro entorno, nuestras relaciones sociales y afectivas. La manera en que se maneje esa infancia es parte de si la persona puede ser agresiva o no, aunado de lo que sugieren algunos especialistas, que somos violentos innatos, ya sea por sobrevivencia o para mantener el control sobre los demás, algunos tienen más desarrollado estas actitudes de mantener el poder y otros tienen más desarrollado la agresividad, esto no significa que todos los seres humanos seremos siempre violentos o que deseamos mantener el control del poder, muchos saben adaptarse a las circunstancias y retos, pero siempre existirá el líder que mantenga el orden, ya sea para un bien común o para algo negativo, según el contexto e ideas que éste tenga para manejar al grupo o comunidad, además de las propias ideas del grupo.
Todos formamos parte de una comunidad, y de ella surgen reglas, limites, acciones de bien común, desarrollo social e individual, algunos seremos lideres, otros seremos subordinados, otros estaremos adaptados a los cambios y otros seremos oponentes a esas ideas, lo importante aquí es la manejo de las relaciones entre iguales, el respeto, la libertad de expresión, las conductas y acciones aceptables. Nadie debe someter al otro, ni violentar sus derechos, ni físicos, ni económicos, ni sociales, ni psicológicos, etc.

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